No soy capaz de procesar la información que me agarrota por dentro, como la caída de ese delicado jarrón de porcelana que transforma un segundo en cientos de pedazos esparcidos por el suelo.
Y vuelvo a ser yo. Hoy me he despertado y no he sabido hacer nada para desperezarme. No he sabido reaccionar. Porque, al fin y al cabo, ¿cuándo he dejado de ser yo? y ¿por qué he vuelto?
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